Texto: Filipenses 1:3-11.
v La oración es un gozo cuando:
I. Podemos dar gracias a Dios.
A) Cada vez que oramos por el otro. (1:3-4).
B) Por su cooperación en el ministerio (1:5,7).
C) Por la convicción del cumplimiento de la obra de Cristo en su vida (1:6).
II. Amamos con el amor de Cristo (1:8).
A) Más allá de ofensas.
B) Más allá de resentimientos.
C) Más allá de incongruencias, debemos alegrarnos en la bendición del otro.
III. Pedimos para el otro.
A) Un amor creciente (nada lo detiene), reciente (equilibrado, no apasionado), perceptivo (no olvida detalles, reconoce, muestra cuidado, respetuoso (1:9).
B) La capacidad para elegir lo mejor (1:10ª).
- Habilidad para discernir.
- Escoger lo que moralmente es mejor.
C) Qué sea sincero y sin ofensas (1:10b).
- Ni ofensores.
- Ni ofendidos.
- No ser susceptibles.
D) Qué sea lleno del fruto de justicia (1:11ª).
- Rectitud. - Constancia. - Fidelidad.
- Firmeza. - Para no dar lugar a ser tropiezos a otros.
E) Qué todo sea para la Gloria y la alabanza de Dios (1:11b).
CONCLUSIÓN: Cuando ores busca siempre que tu oración sea un gozo pues estamos en la misma presencia de Dios.
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